domingo, 16 de noviembre de 2008

Sistemas Filosóficos

Los sistemas filosóficos
Así como las ciencias presentan sus conocimientos propios en un solo sistema u ordenación, la Filosofía ofrece la pluralidad de sistemas diversos. A continuación se expone la definición de los más importantes por orden cronológico de aparición en la Historia.

Monismo
Se dio este nombre al sistema seguido por algunos filósofos griegos, anteriores a Sócrates, que admitían una sola sustancia como origen de todas las cosas: Para Thales, era el agua; para Anaxímenes, el aire; para Heráclito, el fuego.

También se da este nombre a otros sistemas filosóficos que sólo admiten en el mundo una sustancia primaria; como la materia para los materialistas o el espíritu para los idealistas.

Pluralismo
El sistema de los primeros filósofos griegos que admitían varias sustancias primarias como origen de todas las cosas, o sea agua, tierra, aire y fuego a la vez, los cuatro elementos.

Dualismo
Admite la existencia de dos principios: espíritu y materia para unos; mal y bien para otros.

Atomismo
Considera el átomo como parte esencial de todos los cuerpos, que no son sino agregados de átomos.

Sofismo
La Filosofía tomada en simple sentido de erudición con excesivo apego a la razón individual, lo que implica una concepción escéptica de la vida. Los sofistas eran malabaristas de la verdad.

Humanismo
El hombre como centro de toda Filosofía.

Innatismo
Admite que las ideas son innatas, o sea que el hombre, al nacer, ya lleva en sí el principio de todos los conocimientos.

Hedonismo
El fin de toda la especulación filosófica y la norma de la conducta humana es para los hedonistas el placer.

Estoicismo
Es preciso renunciar serenamente a muchas cosas y no dejarse llevar por los excesos en el sufrimiento ni en la alegría, para vivir conforme a la naturaleza, o sea conforme a la razón. La libertad interior se conquista mediante la lucha con las pasiones hasta llegar a la apatía o serenidad del ánimo.

Escepticismo
Niega la validez, tanto de las percepciones sensibles como del conocimiento intelectual y declara la esencia de las cosas incognoscible. El hombre, según él, no debe adherirse a ideales de ninguna clase.

Dogmatismo ****
Creencia en los dogmas o principios establecidos por los grandes filósofos.

Intelectualismo
Señala a la inteligencia como factor primordial de la vida del hombre.

Escolasticismo
Sistema filosófico que sigue la síntesis completa lograda por Santo Tomás, al coordinar el pensamiento cristiano con la doctrina de Aristóteles.

Realismo
Los conceptos universales abstractos son una realidad tan viva como la de los seres creados.

Nominalismo
Los conceptos generales, las ideas universales, como "Justicia", no existen en la realidad, pues sólo son nombres, palabras, pero nada más.

Empirismo
Sistema que fundamenta la verdad de los conocimientos filosóficos en la experiencia. Ninguna afirmación es válida si no está comprobada por la realidad.

Racionalismo
Construye la Filosofía con el uso exclusivo de la razón, mediante deducciones sistemáticas, sacadas de unos principios que se consideran evidentes.

Materialismo
Surge de la aplicación del empirismo a los problemas psíquicos y considera la materia como la única realidad existente.

Deísmo
Doctrina filosófica que confía la solución de los problemas religiosos a la razón natural, sin ayuda de la Revelación.

Sensualismo
Todo en el hombre proviene de la sensación, ya que sin los sentidos el hombre sería como una estatua, y una estatua que tuviera sentidos obraría como el hombre. Los pensamientos no son otra cosa que sensaciones transformadas.

Naturalismo
Defiende la vuelta del hombre a la vida natural, pues el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad la corrompe.

Criticismo
Sistema que critica la sola validez de la razón para alcanzar el conocimiento científico, y supone el examen previo de la misma antes de aceptar cualquier teoría del conocimiento.

Idealismo
Afirma el predomino de las ideas ante las realidades del Universo. Hay varios sistemas idealistas, entre los que destacan los de Platón, Berkeley, Kant y sus seguidores. El idealismo exagerado conduce a afirmar que el mundo exterior no existe y que los objetos no son sino proyecciones de nuestro pensamiento.

Positivismo
No admite otra verdad que la doctrina positiva de las ciencias y rechaza la conciencia o sentido íntimo como fuente de conocimiento. Sólo admite la experiencia sensorial.

Psicologismo
Supone que todo en Filosofía es subjetivo; que todo se resume en opiniones personales sin valor objetivo y real. Hijo del positivismo, es una tendencia a reducir todos los procesos filosóficos a meros capítulos de la Psicología.

Fenomenología
Los objetos poseen un ser ideal y la manifestación de este ser en la cosa es el fenómeno. El estudio de estos fenómenos mediante la intuición es la base de este sistema.

Axiología
Es la doctrina de los valores. El valor no depende de la apreciación personal, sino que existe por sí mismo; es una cualidad ideal de los objetos que están dotados de propiedades características.

Historicismo
Es la manera de interpretar la Filosofía como si no fuese otra cosa que la mera relación de las diversas teorías de los filósofos en permanente evolución.

Neoescolasticismo
Es el retorno a la Filosofía escolástica, pero a la luz del pensamiento y de los descubrimientos.

Existencialismo
Es el sistema que considera la existencia humana como centro de toda especulación. El hombre está solo, inmerso en el mundo y condenado a morir. Siente la angustia de su destino porque la existencia humana confina por todos lados con la nada. Reivindica el valor de la persona y exalta el poder de la libertad. La Filosofía medieval. –El Cristianismo. –Misión de la Filosofía platónica. –La Gnosis. –Los PP. orientales. La Iglesia y los bárbaros. –El trivium y el quatrivium. –La Escolástica: su carácter, sus épocas, su desenvolvimiento, sus direcciones. –El misticismo en la Edad Media. La exageración de los principios platónicos había conducido a negar el conocimiento, sustituido por el éxtasis; el éxtasis arrastraba a la anulación de la individualidad, y la gran Unidad, Dios mismo, venia a ser implícitamente negado: porque la unidad simplicísima excluye hasta la existencia, que es ya una complicación. Los sistemas del lado opuesto habían engendrado el escepticismo y el materialismo. La negación circundaba el pensamiento por todas partes. El cristianismo, basado en la revelación, descendía de Dios al hombre; es decir, tenía un carácter sintético, por lo cual aprovecha de la antigua ciencia cuanto conviene a su desenvolvimiento. Los grandes hombres del cristianismo sienten ante todo el apremio de defender la religión de los ataques asestados por los paganos y de patentizar las excelencias de su doctrina. De tal necesidad nace la filosofía apologística. Vencido el paganismo, la Iglesia experimentó la urgencia] de edificar, de fijar el dogma, y entonces acude a la ubérrima tradición platónica juzgándola como una preparación de la doctrina revelada. Los grandes filósofos paganos prepararon a la humanidad para el cristianismo, y sobre la ciencia, así como sobre la fe, existe, a juicio de San Clemente, un conocimiento supremo, la gnosis, en que se contiene toda la verdad. La gnosis es la revelación del Verbo, la soberana intuición del principio divino, y su eficacia llega tan profunda que anonada las pasiones y promueve el desprecio de los placeres, pues todo se reduce a miseria y sombra ante el éxtasis de la divina contemplación. Discípulo de este santo el grande Orígenes (186-254), una de las mayores inteligencias que la humanidad ha conocido, cuyo ideal era establecer la revelación mesiánica sobre bases rigurosamente científicas. Todos los orientales fundaron la teología en la filosofía; los de Occidente sometieron el conocimiento a la revelación. En los Padres occidentales, ninguno puede igualarse con San Agustín (354-430). Considerado como filósofo, señala el apogeo de la filosofía patrística, resucitando el platonismo, y, cimentando en él la idea cristiana, da a la nueva doctrina una sólida base psicológica. Representa en la patrística la síntesis de las grandiosas concepciones debidas a los Padres orientales y el espíritu práctico de los occidentales. En este caso, como siempre, el Oriente antepone la ontología y el Occidente la psicología. Al invadir los bárbaros la Europa, sólo una institución queda en pie: la Iglesia. La poderosa unidad cristiana, como entidad espiritual, no podía ser alcanzada por los golpes de la fuerza bruta. Ella es lo único que permanece, y por eso constituye el lazo de unión entre el Imperio que se desploma y los nuevos Estados que traza la espada de los invasores. Por ese título, se constituía la Iglesia en educadora de los jóvenes pueblos que abrían apenas sus ojos a la civilización. La ciencia profana, aun después de los esfuerzos de Carlomagno, Boecio y Casiodoro, se hallaba reducida a las artes liberales, que, en número de siete, correspondiendo a los días de la semana y a otros misteriosos simbolismos, se distribuían en dos grupos: el primero, el trivium, comprendía tres en loor de la Santísima Trinidad (Gramática, Lógica y Retórica); el segundo, el quatrivium, abrazaba cuatro por los cuatro ríos que fecundaban el Paraíso terrenal (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía). Los árabes solían sustituir la Retórica por la Medicina, y algunos suprimían otro miembro del trivium para dar cabida a la Nigromancia. Tal era el vago recuerdo que conservaba la Edad Media de los esplendores del clasicismo. Si el platonismo había sido el instrumento de la Iglesia durante el período de consolidación y fijación de los dogmas, el aristotelismo debía guiarla para la explicación, propaganda y organización interior de sus principios. La Escolástica, así llamada por ser la filosofía que se enseñaba en las escuelas, esencialmente dogmática, sirvió a la Iglesia para educar a los bárbaros. En realidad, mejor que una filosofía, la Escolástica debe considerarse un método. Manejada por la Iglesia, podría definirse el aristotelismo al servicio de la idea cristiana. No empece que en posteriores tiempos surgiera una escolástica musulmana. Filosóficamente el mahometismo no es un antípoda, sino un retoño del cristianismo. Ambas direcciones se apoyan en el concepto hebraico de un Dios esencialmente distinto del mundo, y ambas por tanto forman en la hueste dualista frente a los panteísmos orientales. Educado en un monasterio, Mahoma no pudo formar otra idea de la divinidad que la que los monjes le enseñaron. Es el escolasticismo una filosofía teológica, supeditada al dogma y juzgando axiomática la armonía entre la fe y el dictado de la razón. La Escolástica prestó eminente servicio a la especulación, facilitando su labor con los minuciosos y sutiles análisis, con los rigores de su dialéctica; puliendo y perfeccionando hasta increíbles extremos el instrumento de la filosofía, sin que por esta sincera confesión, pueda oscurecerse que la exageración de la agudeza excediese, cuando faltó materia de investigación, las fronteras de lo razonable, perdiéndose en laberínticos extravíos que sus mismos maestros condenaron y trataron de corregir. Tales abusos, cuya explicación histórica ni la menor dificultad ofrece, motivaron el descrédito de la escuela, los ataques de los sensualistas, las ironías del racionalismo y hasta las burlas de los poetas. Ya Vives pensaba que algún ingenio diabólico había sacado a luz la dialéctica escolástica, empeñada en atacar la verdad, en no rendirse al que la confunde y siempre gozosa cuando vence a la verdad con las armas del error. Pasa la Escolástica en Europa por un período preparatorio que va desde el siglo IX al XII; raya en su zenit en los siglos XIII y XIV; desciende desde esta fecha hasta la Reforma; disfruta en España un fugaz renacimiento; desciende hasta llegar a completa postración en los posteriores tiempos y hoy pugna por renacer abrazada a los adelantos de la ciencia experimental. El precursor Juan Escoto Erigena (IX), de céltica estirpe, doctísimo en lenguas sabias y semíticas, continuador del neoplatonismo, abrió el camino a la futura dirección realista de la Escolástica. Su sistema, que ofrece marcadas analogías con el Sankya ateísta de Kapila, con la doctrina de la liberación por la ciencia, identifica el conocimiento] y la religión. En la cuna misma de la Escolástica se encrespa la formidable pugna, que había de ensordecer la Edad Media, entre el nominalismo y el realismo, el eterno problema, tan discutido hoy entre racionalistas y positivistas, como lo fue entre los escolásticos y lo había sido en los albores de la filosofía helénica. Los realistas aseguraban que los universales existían per se, siendo percibidos por la razón, el sentido de lo universal. Los nominalistas, afirmando que no hay conocimiento sin los sentidos, y que éstos no perciben más que individuos, estiman que las ideas no pasan de meros nombres, cuya realidad depende de las cosas. Las traducciones hebraicas y latinas de las obras de Aristóteles y los comentos de los orientales, despiertan nueva fase del pensamiento escolástico. La esfera más amplia de conocimientos, fecundada por el estudio de la naturaleza, impuso la necesidad de conciliar la fe con la razón. El verdadero creador de la escolástica filosófica fue el dominicano Alberto Magno (1193-280), que vivió casi todo el siglo XIII. Grandes prodigios se cuentan del vasto saber de Alberto, tildado por la ignorancia popular de brujo. Exponiendo a Aristóteles, inclínase del lado del realismo y desliza ideas que no se hallan en el maestro, tales como la idea del ser en sí y la del alma como separable del cuerpo, hecho de que dice haberse convencido en las experiencias de magia, con lo que viene a constituir un precedente del espiritismo y del neobudismo o teosofía contemporánea. En la moral, llama la atención la distinción entre la conciencia propiamente dicha y la conciencia moral, y la de las virtudes teologales, nacidas por efecto de la gracia divina, de las cardinales, producto de la voluntad. Sin tratar aquí de otros escolásticos, ni de sus esfuerzos para conciliar la fe con la razón, no se puede prescindir de Santo Tomás (1227-74), la principal figura de la filosofía de las escuelas. Nació Santo Tomás cerca de Nápoles, fue discípulo de Alberto Magno, y sus compañeros le llamaban por su silencio el buey mudo. Su maestro profetizó que un día mugiría tan fuerte que lo escucharía todo el mundo. Noble de origen, desplegando heroica resistencia a cuantas seducciones se enredaron a sus plantas, profesó rebosando fe y amor a Dios en la orden de Santo Domingo. En ambas Sumas, la Suma teológica y la Suma contra los gentiles, Santo Tomás prueba a armonizar el realismo con el nominalismo, colocándose en el punto de vista genuinamente aristotélico, esto es, en el conceptualismo. No sería congruente con mi propósito entrar en la exposición detallada de la filosofía tomística, donde acaso se confunden demasiado la fe y la razón. Baste confirmar que Santo Tomás es un perfecto aristotélico y que pone su cooperación personal en el desenvolvimiento de la doctrina, con la distinción real del alma y sus facultades, y la hipótesis de las especies inteligibles, que le pertenecen por modo innegable. Sin desconocer que Santo Tomás sirve de columna al neo-escolasticismo, preciso es confesar que Duns Escoto abre desconocidos horizontes a la Escuela. En sus manos la filosofía escolástica vuelve sobre sí misma, reconoce su insuficiencia histórica, y procura rehacerse con ansia de avanzar en la indagación de la verdad. Desde este instante, la filosofía escolástica entra en plena decadencia, no sin haber prestado a la ciencia eminente servicio. Su rigurosa dialéctica, perfeccionando y sutilizando el raciocinio, contribuyó a disciplinar los entendimientos, pero, dejando fuera del conocimiento los principios y los hechos, llegó a estabilizarse para la evolución progresiva del pensamiento racional. Tienen razón los que defienden que el formalismo escolástico, seco y árido, repulsivo a las almas apasionadas, era incapaz de satisfacer los piadosos anhelos de confundirse personalmente con Dios. El ardor religioso, el amor inefable, la sed de una suprema bienaventuranza que sólo puede gozarse en la unión con Dios, desvaneciéndose en Él y perdiéndose nuestra personalidad, arrojó a los espíritus fervorosos por la senda del misticismo, no satisfechos de aquella unión. He aquí el estado en que la filosofía mística bordea los límites de la Edad Media, preparándose a iluminar directamente dos siglos de la Moderna y reaparecer en diferentes formas y por sorpresa, cada vez que la belleza de la reflexión enardezca los corazones y excite el santo entusiasmo de la verdad.

***** Dogma, dogmático, dogmatismo, son palabras que se asocian inequívocamente al ámbito religioso. Esta relación es muy adecuada, porque en este sentido, los dogmas son considerados dentro de muchos credos, como declaraciones de la palabra divina, sagrada y certificada por el cuerpo doctrinario oficial. Los fieles aceptan los dogmas doctrinarios como un claro acto de fe, excluyendo así lo dogmático del terreno de toda ciencia y filosofía. Sin embargo, el sentido filosófico de estos términos, posee un matiz sutilmente diferente. Existe una explicación para esta asociación entre dogma y religión. En sus orígenes, el término dogma significó “oposición”, se trataba pues de una opinión filosófica referida a los primeros principios. De allí que luego el término se asociara como una referencia a “principios doctrinarios”. Así, los filósofos que insistían enfáticamente en los “principios” terminaban por no prestar atención a los hechos o a los argumentos que pudieran poner en duda tales fundamentos. Esos filósofos solían dedicar su actividad a la afirmación, esto es, no desarrollaban el análisis crítico. Recibieron pues, el nombre de “dogmáticos” a los que se contrapuso a los “escépticos”. Actualmente, el dogmatismo puede comprenderse en tres sentidos: 1. Realismo ingenuo: en este caso, se admite únicamente la posibilidad de conocer las cosas en su ser en sí, sino también la efectividad de este conocimiento en el trato diario y directo de las cosas. En rigor, este tipo de realismo no existe dentro de la filosofía, sino que refiere específicamente al conocimiento vulgar. 2. Confianza doctrinaria: se entiende como la confianza absoluta en una doctrina en especial. 3. Ausencia de reflexión crítica: se refiere a la aceptación incondicional, sin examen alguno de los principios a los que se adhiere. Se trata en este caso de una mera sumisión a la autoridad.

Pensamientos Filosóficos de Platón y Aristóteles

Pensamientos Filosóficos de Platón y Aristóteles

1. Introducción.

2. Reseña biográfica de Aristóteles.

3. Antecedentes filosóficos de la política en la Antigüedad.

4. Platón.

5. Aristóteles.

6. Conclusión.

Introducción.

A través del siguiente trabajo, intentaremos exponer las ideas políticas de dos de los más grandes pensadores que tuvo nuestra historia: Platón y Aristóteles.

A lo largo del curso de la cátedra hemos podido considerar algunos aspectos relacionados principalmente a su concepción del poder y la forma que tenían de legitimarlo; haciendo una breve referencia a las nociones de Aristóteles, sobre las formas de gobierno que él analizó. Nuestra intención es la de exponer las formas de gobierno que ambos analizaron, extrayendo algunas citas de sus dos libros más importante; es decir de La República, de Platón; y La política, de Aristóteles.

Consideramos que es uno de los temas más importantes de sus concepciones filosóficas, por lo que se verá a lo largo de la investigación, en lo que refiere (lo cual constituye a su vez una similitud entre ambos) a la gran trascendencia que tenía para ellos la política, como ciencia o disciplina fundamental dentro del marco de sus ideas.

Es importante destacar, como veremos dentro del marco introductorio del presente, la influencia notorio que ejercieron sobre ellos algunos pensadores y líderes políticos de la época. Al mismo tiempo, consideramos importante destacar, la gran influencia recibida de la sociedad en la que vivieron: los cambios políticos que se sucedieron en Atenas, que cumplió un largo proceso de transformaciones políticas hasta llegar a la época "clásica", pasando por diversas formas de gobierno (muchas de ellas analizadas por sendos filósofos) hasta llegar a constituirse en democracia, organización que ellos vivieron "en carne propia" y que motivó varias críticas, muchas de las cuales veremos en el apartado correspondiente. También, la influencia recibida de otra gran ciudad de la antigua cultura griega, Esparta, cuyo estado militarizado sirvió de base a las concepciones que elaboraron respecto de un estado ideal que pretendieron realizar los dos.

Como expresamos anteriormente, consideramos que este tema es uno de los que más ha influido en la actualidad, además de otras nociones filosóficas de ambos, las cuales no trataremos, ya que no se adaptarían al tipo de trabajo solicitado, por el vasto legado que han dejado a nuestra civilización.

Reseña biográfica de Aristóteles.

Aristóteles fue, sin duda, el fruto intelectual más granado de aquella civilización refinada, especialmente idónea para la filosofía. Nació en el año 384 a. c., en la ciudad de Estagira. Hijo de Nicomaco, medico de la corte macedónica, recibió su principal influencia en la Academia de Platón. No estaba mezclado en la vida pública, ni siquiera podía intervenir en ella. Ateniense de corazón y de espíritu, no era ciudadano de su patria de predilección. Desde el punto de vista jurídico, era un meteco, es decir, que gozaba ampliamente de la hospitalidad de Atenas, pero la ley no le permitía intervenir en los asuntos de la ciudad por ser extranjero.

Durante veinte años, Aristóteles permaneció en la Academia convirtiéndose en el alumno más talentoso de Platón. Al morir éste, Aristóteles sale de Atenas para ocuparse de la educación del hijo del Rey Filipo de Macedonia, el que habría de ser Alejandro Magno. Sin embargo, nunca llegaron a entenderse y Aristóteles decide volver a Atenas y funda una institución similar a la Academia, el Liceo, en la cual ejerció un fecundo magisterio.

El proyecto aristotélico consistirá en articular la causalidad formal con la causalidad del movimiento, para lo cual desarrollará una nueva teoría de la forma: renuncia a la trascendencia de las Ideas y las concibe como causas formales inmanentes, es decir, inherentes a las cosas mismas. Abandona así a la separación de las Ideas, que las condena a la impotencia frente al mundo del movimiento y el cambio. Pero esta modificación no fue un rechazo integral del platonismo. Entre las obras más importantes de Aristóteles se encuentran aquéllas en la que trata la Lógica (en el "Organon" y "Los Analíticos") y la Metafísica

Aristóteles propuso una división diferente de la filosofía: filosofía teórica(que incluye la teología, las matemáticas y la física), filosofía práctica(ética y política) y filosofía poética o productiva(técnica y arte).

Preocupaban a Aristóteles los fenómenos exteriores. Para buscar las bases fijas de la organización social, recogió las constituciones de ciento cincuenta y ocho Estados, e impresionándose por la desigualdad que dominaba en la sociedad antigua, intentó encontrar un fundamento a esto en la superioridad de inteligencia y así consiguió hacer de su república perfecta una aristocracia en que el derecho es siempre la voluntad del más fuerte.

Consideraba que la política es el complemento moral y que, en tanto, toda asociación debe fundarse en la justicia y en el bien. Estableció también en sus estudios, que el hombre debe vivir rodeado de sus semejantes, y haciendo uso que el derecho de la naturaleza le da al hombre para que mande sobre la mujer y sus hijos.

Existen otros seres vivos a los que la naturaleza ha privado de inteligencia, y libre albedrío, como lo son los esclavos, esta misma naturaleza es la cual ha dado diferentes cuerpos al esclavo y al hombre libre, entre los cuales existen relaciones naturales de ventajas recíprocas, puesto que la naturaleza ha hecho de las dos un todo.

Antecedentes filosóficos de la política en la Antigüedad.

Los dos filósofos que examinaremos a lo largo de esta investigación, no fueron los únicos que se destacaron entre los pensadores de su tiempo. Por lo tanto, en esta reseña citaremos brevemente las concepciones de sus antecesores, que sin lugar a dudas tuvieron una gran influencia en los pensamientos elaborados por Platón y Aristóteles.

Las herencias de la cultura griega a la época actual no son las únicas, pero sin duda son las más importantes.

Entre las demás naciones, los griegos son un pueblo político; cabe la pena destacar la frase más recordada que elaboro Aristóteles: "el hombre es un animal cívico", es decir, un animal que no solo vive en sociedad, sino que además se preocupa por participar activamente en ella.

Ya Homero, en "La Ilíada", habla de que "... el gobierno de varios no es bueno, tengamos un solo amo, un solo rey..."

Herodoto, considerado padre de la historia, distingue y compara distintas especies de gobierno, relatando sus experiencias sobre qué gobiernos debían (a la muerte del rey) darle a Persia: si la democracia –que propone Otanes-, la aristocracia –que propone Megabyse-, o la monarquía –pretendida por Darío.

También, Hipodamo de Mileto (del cual solo conocemos las ideas por las criticas que le hace Aristóteles) da una idea de las primeras naciones de gobierno "mixto", excluyendo la oligarquía y la tiranía como formas depravadas de gobierno, destacando su preferencia por un gobierno colegiado entre la aristocracia, la realeza y la democracia.

Por ultimo, otro gran influyente en la historia de las ideas políticas, fue sin dudas Pericles, que destaco la importancia de la democracia ateniense como la "escuela de Grecia", destacando los principios de igualdad de leyes y de la libertad de opinión.

Platón.

Definición de la política.

El "arte de la política" para Platón, se encuentra muy emparentado al concepto de educación. En un primer momento, destaca que esta disciplina es un conocimiento esencial para todos los hombres, y la representa solamente como un elemento más de la educación. Pero su concepción cambia, para convertirse en "el arte de conducir a la sociedad humana", estableciendo que puede ser impartida mediante la obligación y la violencia, pero también a través de la voluntad de los hombres libres.

Una concepción más acabada que termina estableciendo es que la política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento.

En cuanto al político, Platón establece que es aquél que conoce ese difícil arte, destacando que lo que lo define no es su función, sino sus cualidades. De su experiencia, destacará que muchas veces serán mucho más importantes cualidades, como la falta de ambición e intriga; destacando que las virtudes morales, son en definitiva las que deben regir el alma de los gobernantes para evitar que los mismos se desvíen y sean sometidos por bajas pasiones que los lleven a ser malos dirigentes. "El gobierno será perfecto cuando en él aparezca la virtud de cada individuo, es decir, cuando sea fuerte, prudente y justo" (Platón, La República, libro VI)

Asimismo, la política no se confunde con otras ciencias. Platón establece que hay diversas ciencias que no son políticas:

· La política no es ciencia militar, ya que la primera puede definir la guerra o la paz, en tanto que los estrategas militares les corresponderá (una vez que la misma se declare) definir sus estrategias para ganarla.

· La política no es tampoco la jurisprudencia, ya que este arte de "hacer leyes" le es complementario. La política definirá en gran medida cuáles son las leyes que deben existir, mientras que los encargados de impartir justicia sólo deben atenerse a las mismas para dictar sentencia.

· La política tampoco es el culto divino, ya que éste solo se ocupa de realizar los oficios religiosos permanentes, por lo que es inferior a la política.

Cabe destacar que Platón sólo representa el ideal de educación en el sistema político, no es que menoscabe la importancia de diferentes ciencias, lo que sí destaca que éstas últimas solo son complementarias a la política, que es la ciencia principal: "La política no se confunde con una serie de ciencias, de técnicas o de artes vecinas, las cuales, en el espíritu de Platón, le están netamente subordinadas" (Prélot, Marcel, Historia de las ideas políticas, Cap. V, Buenos Aires, La Ley, 1971, p.75.)

El poder del gobernante.

Como hemos considerado, la virtud moral del gobernante era importante para Platón, al igual que la educación; establece que el poder está legitimado sobre la base de la educación, sólo los más educados de la sociedad podrán ocuparse de regir la vida de los demás habitantes, pero éstos a su vez deberán ocuparse de los que no han sido beneficiados con esta cualidad, para ayudarlos a acceder a lo que Platón denomina el "mundo de las ideas", en donde se encuentra la idea del bien (bien supremo) que debe regir la vida de los individuos. En este mundo inteligible, todas las cosas son observadas en su más puro esplendor, por lo que el fin último del alma de las personas es contemplar las mismas a través de la búsqueda de la verdad, ya que todo lo que rige en el mundo sensible, es arbitrario y una copia a veces demasiado inexacta de todo lo que es verdadero. En su libro VII, de La República, Platón establece: "... nos corresponde a nosotros, los fundadores de la ciudad, obligar a las mejores naturalezas a que alcancen ese conocimiento (...) contemplen el bien y realicen esa ascensión de la que hemos hablado".

Algunos autores contemporáneos realizan un análisis de este poder que tienen los gobernantes, y muchos han concluido que el mismo es en gran medida arbitrario y totalitario. En parte es arbitrario, porque el genio político está por encima de las leyes, el mando de una persona no puede ser confeccionado a medida de una persona, sino que como ya establecimos en el párrafo anterior, es una mezcla de la educación del gobernante, pero no sólo desde el punto de vista intelectual, sino también moral, y con gran influencia de las cualidades naturales del individuo. Asimismo, es un poder totalitario, debido al hecho de que, como establece Platón nadie puede vivir a su libre antojo, deben existir leyes y reglas claras que regulen la vida libre de los individuos, ya que es engañoso pensar que los individuos pueden ser observadores de las leyes más severas si se autodirigen.

Sofocracia.

Para entender más sobre la concepción de poder que plantea Platón, legitimada por la educación, es necesario realizar un análisis de éste término.

La sofocracia, establece que el poder debe recaer sobre los que saben. Los jefes políticos deben ser especialistas en ciencia política. Acá vemos nuevamente la importancia que le confiere a la educación, ya que establece, que un gobierno puede ser gestionado con leyes o sin ellas, por una persona o varias, lo que nunca se puede dejar de lado, es que el político debe estar formado intelectualmente, aunque dentro de esta concepción también establece una cualidad: el temperamento, una persona débil de temperamento no podrá con sus funciones, carecerá de ambiciones, en cambio una persona con gran temperamento (muchas veces los llama los más violentos), harán que la nación esté en constante guerra, por sus deseos de poseer más.

Asimismo, establece como esta sofocracia puede acceder al poder: "el establecimiento de la sofocracia está ligado a la aparición de un genio político, pero Platón no nos dice en qué forma se impondrá éste. En cambio, nos da indicaciones circunstanciadas en lo que se refiere a la otra hipótesis, la del rey que se hace filósofo".(Prélot, Marcel, Op. cit., p.81.) A través de este sistema, establece que la solución pasa por alcanzar, a través de una educación exigente, una vida filosófica y que los filósofos gobiernen la polis; el filósofo era ideal porque tenía la capacidad de contemplar las ideas y, en particular, la del bien. Además no estaba seducido por el poder. El problema era encontrar un filósofo que quisiera llevar a cabo este proyecto, el mismo Platón estuvo tentado de llevar a cabo este proyecto, pero sus fallidos intentos en el gobierno de Siracusa (el intento de transformación del tirano por el filósofo) no se lo permitieron.

Esa gran imagen del Sabio constituyente y legislador, figura ideal para Platón, aparece predominantemente en La República. Finalmente, percibe el problema de la transmisión de este tipo de poder, ya que para asegurar la duración de la sofocracia será necesario que exista una elite hereditaria de filósofos que continúen la labor de sus predecesores.

Sofocracia: características del sistema ideal de educación.

Como complemento importante a la valoración que Platón realiza de la educación, se debe destacar cómo debe ser el entrenamiento ideal que él quiere implementar con su sistema de filósofo- rey.

Cabe destacar en esta concepción que, como expresamos en la introducción sobre Platón, él se siente muy identificado con el modelo militar espartano, por lo que su formación educativa, deriva en parte de estas concepciones, debido a que los maestros serán reclutados de entre los guerreros (de una selección entre ellos) con una doble finalidad, por un lado se ocuparán de que los alumnos cumplan sus funciones militares, por otra parte, deberán asegurarse la aparición de políticos que serán los conductores de la Ciudad. Este sistema establece, que desde la niñez se observará a aquellos que se destaquen por su belleza, y que aprueben ciertas pruebas, a los mismos se les enseñaría gimnasia, arte militar, música, geometría, astronomía, sobre todo para tener amplia formación educativa, con lo cual los guerreros estarán en condiciones de desempeñar su deber de defensores de la ciudad. Pero también, cuando lleguen a una edad determinada (30 años aproximadamente), ya estarán adiestrados en el arte de dialogar (la dialéctica desarrollaría un papel fundamental, como así también la retórica.) Además, sabrán de filosofía, que es la parte esencial del proyecto de Platón, debido a que es la ciencia que eleva el alma a la sabiduría pura (al mundo inteligible) y que es fuente de toda verdad.

A la edad de cincuenta años ya estarán en condiciones de guiar a otros y de desempeñar las funciones de gobierno.

Finalidad del modelo sofocrático.

Mediante la educación y la selección que propone a través de este ideal de gobernante, Platón busca como finalidad, que el poder estará confiado a los políticos, a los hombres probados, de edad madura y dotados de vastos conocimientos teóricos y al mismo tiempo de una gran experiencia técnica.

Las formas de gobierno.

A través de su libro La República, Platón establece los tipos de gobiernos que puede tener una cultura. Siempre partiendo de la base de un ideal, aunque también estableciendo las desviaciones que muchos pueden poseer.

Diferencia tres grupos principales de gobierno:

· La monarquía

· La Oligarquía

· La Democracia

Asimismo, establece subtipos dentro de cada grupo, dentro de la monarquía reconoce la monarquía sofocrática o la monarquía tiránica. Dentro de la oligarquía, reconoce la timocracia, la oligarquía y la república bis o aristo- democracia.

En este punto cabe hacer mención a la aclaración que establece el autor del libro Historia de las ideas políticas (Prélot, Marcel, Op. Cit., pp.84,85), que establece este sexto y último sistema (república bis), argumentando que Platón describe este sistema en Las Leyes, en cuyo libro se ha esforzado por crear una república más realizable que la sofocracia preconizada en La República.

La monarquía.

La monarquía puede ser sofocrática o tiránica.

La monarquía sofocrática, procede de la soberanía reconocida al genio. Este esta poco difundido, es por esto que siempre vuelve a escena la idea de sofocracia que armó Platón (de ahí el nombre de monarquía sofocrática), en consecuencia, el poder político estará en manos de un hombre, que gobernará solo; pero como se plantea la idea de los sabios, muchas veces esta dirigencia recaerá sobre más de uno, constituyendo "el gobierno de los sabios", que son los poseedores de la ciencia real; en su libro V establece, "cuando les llegue el turno, aunque consagrándose la mayor parte del tiempo a la filosofía, tendrán que cargar con el peso de la autoridad política y gobernar sucesivamente por el bien de la ciudad, con la convicción de que su tarea es, más que un honor, un deber ineludible". Siguiendo su ideal, el gobierno recae sobre un cuerpo de caballería, sobre una especie de comunidad filosófico- guerrera que puede tener uno o varios jefes. CABE DESTACAR, que esta idea resulta más aristocrática que monárquica , y Platón no va más allá en el análisis de este término, ya que se aleja al significado que conocemos en la actualidad.

La monarquía tiránica, Platón la considera con ojos favorables, por ser susceptible de transformarse en sofocracia al convertirse el príncipe en filósofo o, por lo menos, al escuchar los consejos de un filósofo. Lamentablemente, por lo que consideramos en la introducción de Platón, sus experiencias en Siracusa, hicieron que describiera este sistema como el más brutal de todos cuando el tirano no puede ser influenciado por la sabiduría filosófica o actuar él mismo con justicia; a la inversa, si logra despojarse de sus vicios y escuchar a sus consejeros, puede resultar en una forma de gobierno saludable, pero principalmente una manera inteligente de conservar su vida y su trono.

La oligarquía.

La misma puede adoptar las formas de timocracia, oligarquía y lo que ya dijimos (que denomina el escritor Prélot Marcel) la aristo- democracia.

La aristocracia, la confunde con la monarquía y ya ha sido explicada en el punto anterior.

La timocracia, la cual puede clasificarse como un tipo de oligarquía, porque también es un gobierno de varios. Aunque con la salvedad, que la analiza porque realiza una sustitución del culto al sabio por el de guerrero. Como nos encontramos con una de las formas desviadas de gobierno, tampoco es un ideal que busca Platón, pero hace un análisis del mismo, debido a que se acerca a la sofocracia ideal que plantea, por lo que la timocracia podría ser considerada como una desviación a la misma. (reemplaza la idea del sabio por la del guerrero, lo cual en parte, forma parte de lo que él plantea en su modelo, aunque con fines que no pueden ser jamás justos, ya que perciben fines injustos, como la apropiación de los bienes particulares.)

La oligarquía propiamente dicha, es el gobierno de un pequeño número, cuyo poder se basa en la riqueza y sólo tiene en vista su propio bien. En este tipo de gobierno, los ciudadanos pobres se encuentran oprimidos, ya que los dirigentes sólo buscan satisfacer sus propias ambiciones, sin pensar en el bien de todos. Además, la crítica más elemental que realiza Platón, es que "la vida del rico no es propicia a la adquisición de las cualidades que forman a los sabios". (Prélot, Marcel, Op. Cit., p.86)

Gobierno oligárquico de las Leyes o aristo- democracia. Es otra concepción que Platón plantea en su vejez, a diferencia del modelo sofocrático que plantea en La República, estableciendo un sistema equilibrado entre la aristo- monarquía y la aristo- democracia. Aquí en parte cambia su concepción (como veremos en el punto siguiente al tratar el tema de la democracia), ya que él no gustaba de los gobiernos democráticos. Pero en este tipo de gobierno "de las leyes" intenta conjugar un equilibrio entre las dos formas mencionadas anteriormente, como un sistema mixto. Esta aristo- democracia combina igualdad de principios como en la democracia, pero con muchas instituciones aristocráticas de equilibrio. Aunque posee fuertes limitaciones, debido a que mucho integrantes de los escalones sociales más bajos no participan del gobierno, además de poseer una gran mayoría aristocrática de funcionarios, como por ejemplo, guardianes, censores y consejeros, muchos de los cuales son ancianos y tienen más influencia por el saber que pueden tener (acá vemos nuevamente la idea que sigue subsistiendo del sabio involucrado en cuestiones de gobierno).

Aunque admite la libertad política, sigue oponiéndose a la libertad civil.

La democracia.

Para este gran filósofo, la misma resulta desfavorable. Y verdaderamente, si consideramos las nociones y las preferencias que tenía no podía resultar de otra manera.

En primer lugar creemos que no podría ser diferente porque como dijimos en la introducción sobre él, detestaba vivir en una ciudad dominada por la democracia sofística.

Este sistema no puede responder a sus exigencias, ya que la multitud es incapaz de adquirir y de poseer la ciencia política. Aunque muchas veces la ve como superior a la tiranía, también destaca que es incapaz de producir bien común, ya que la autoridad se halla desparramada entre muchos individuos, los cuales no son mayoritariamente políticos.

Para muchos escritores contemporáneos, la democracia representa para Platón el régimen de gobierno de la multitud, la libertad absoluta, un régimen sin ley, y principalmente sin autoridad reconocida y sin organización social.

La movilidad de las formas de gobierno.

La concepción que realiza Platón de las formas de poder, determina que no son inamovibles. La filosofía griega está dominada por la idea de movimiento. El problema de mantener el gobierno de los sabios tendrá tanta importancia como la forma de constituirlo.

La sofocracia se mantendrá de dos maneras: por una parte, reclutando nuevos sabios, y por otra haciendo que los sabios continúen siéndolos. Esto es un punto esencial dentro del esquema filosófico de la sofocracia, el controlar que estos reyes- filósofos no devengan locos por desviaciones surgidas de la ambición y la discordia.

Para mantener estos ideales, establece que los guerreros (que constituyen el pilar del sistema) sean mantenidos alejados de los dos elementos de tentación egoísta, que son la propiedad y la familia. Por eso, en su concepción dirá Platón: "Ningún guerrero tendrá bienes propios, salvo los que le sean estrictamente indispensables. Nada de casa propia, nada de graneros en los cuales no pueda participar todo el mundo. Recibirán de los demás ciudadanos, en cantidades determinadas y a título de salario, las cosas necesarias para su mantenimiento, a saber, lo que conviene a soldados profesionales enérgicos y sobrios". Dirá además, "En cuanto al oro y a la plata, habrá que decirles que lo tienen en sus almas y que ese oro es el de mejor aleación".

Otro punto importante que está totalmente reglado por los magistrados y el Estado, es el tema de la unión matrimonial, estableciéndose que se deben prohibir las uniones con personas inferiores dentro de la organización social, ya que se puede "contaminar" esa inteligencia que poseen por efecto de la unión. Con la limitación del egoísmo por apropiación individual, y la falta de degeneración por uniones matrimoniales impropias, se asegura el triunfo de la sofocracia.

Decadencia del modelo sofocrático.

Platón siempre plantea de manera utópica, que se debe volver a la regeneración del sistema de la sofocracia. Esto es una muestra más de su visión política, ya que él sabe que en algún momento surgirá la decadencia: a través de la ambición se caerá de la aristocracia a la timocracia, lo que producirá una acumulación de riquezas en una minoría y una acumulación de pobreza en la mayoría. Los pobres soportarán el yugo de los ricos, hasta que se cansen y tomen el poder, con lo cual se llegará a una democracia. Pero con el tiempo se pasará a concentrar el poder en una sola persona, por lo que de la democracia se desembocará en la tiranía, para Aristóteles el peor de los gobiernos.

Pero aquí surgirá nuevamente la ilusión utópica de Platón, ya que para salir de la tiranía se deberá volver a la monarquía del genio, o como mejor vimos a lo largo del desarrollo de sus ideas, al "gobierno de los sabios", ya sea que el tirano se hace filósofo o el filósofo se hace rey.

Aristóteles.

El estagirita, puede ser citado como un realista. Aplica a las ciencias humanas el mismo método que siguió para las ciencias naturales. Al igual que Platón reconoce la primacía del ideal moral sobre la realidad. En Aristóteles, el ideal surge del hecho mismo, de su estudio y de su confrontación con otros hechos. No es la finalidad principal de este trabajo, describir la teoría de la lógica que plantea Aristóteles, la cual ha llegado hasta nuestros días casi en su totalidad, pero sólo queremos destacar la importancia radical que tuvo este filósofo, al brindarnos de entre sus herencias, los principios de esta disciplina. Esta es su principal diferencia con Platón (para quién la dialéctica constituía la única disciplina capaz de hacernos acceder a la verdad), y constituye parte importante en los estudios que realizó y que determinaron que sea considerado uno de los más importantes pensadores de todos los tiempos. Pero, sólo a modo de reseña, para no alejarnos del análisis en cuestión. Por eso la concepción política que realiza Aristóteles, se encuentra fuertemente influenciada por su estudio minucioso de la realidad, a través de métodos científicos.

La ética y la política.

Al igual que Platón, establece que la finalidad del gobierno de los hombres es hacerlos virtuosos; sin lugar a dudas, la ética constituyó parte importante dentro de las concepciones políticas de la época. La política no se encuentra subordinada a la moral, sino que la engloba: Aristóteles considera que el hombre está hecho para la felicidad (tal es el principio de su moral), y la alcanza cuando puede dedicarse libremente a los placeres espirituales. Pero una de las partes más importantes de su concepción es que tal posibilidad no podría existir si el hombre no viviera en sociedad, o en Ciudad.

Para Aristóteles, las familias son muy importantes, porque representan los orígenes de las ciudades. En parte, la primera manifestación de gobierno se encuentra dentro de la familia, como antecedente de poder real (Aristóteles establece que la mujer y los hijos son gobernados como libres, pero con distinta autoridad. A la mujer, como a un ciudadano; y a los hijos, como vasallos. Asimismo dentro de su análisis de la economía –o ciencia de la casa- establece la relación entre amo y esclavo, sobre este último también se ejerce autoridad, ya que el esclavo no tiene capacidad de razonamiento, entonces el amo lo toma y lo "guía", no sólo en beneficio propio, sino también del esclavo.) "...El padre es como un rey que gobierna un pequeño imperio; el monarca de que hablamos es al Estado lo que a la familia es el padre." (Aristóteles, La Política, Libro III, Cap. IX, Alba, Madrid, 2001, p.112.)

El principio fundamental de su concepción política es su afirmación de que el hombre es por naturaleza un animal social o animal político. Su propia naturaleza lo lleva a vivir en sociedad. Según Aristóteles "el que no puede vivir en sociedad, o necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la ciudad, sino una bestia o un dios" (libro I)

En consecuencia, quien desconoce las ventajas de la vida cívica y no acepta sus reglas es el peor de todos los animales. Para Aristóteles, la vida política guarda relación con la cualidad y la perfección de la vida. "El papel del Estado será entonces formar ciudadanos en la virtud (su tarea será la de educarlos para que actúen rectamente, enseñarles a perseguir un fin noble en la vida y encaminarse hacia él con paso firme" (Ollá- Laprune, León, Essai sur la morale d’Aristote, París, 1888).

Diferencia fundamental entre política y moral.

A continuación extraemos dos párrafos del libro Historia de las ideas políticas (Op. Cit. P.104) que conceptualizan claramente esta primordial diferencia.

"...La integración del hombre en un conglomerado político, el hecho de que pertenezca a una forma de vida colectiva, crea una situación bella, buena y deseable. Impone (...) deberes incesantes y variados, ya que tienen que vivir intensamente los asuntos de la Ciudad; pero esa existencia honra a la condición humana. Por eso hay más belleza –estima Aristóteles, en el gobierno del Estado que en el gobierno de uno mismo, más grandeza en la política que en la moral, puesto que el hombre está hecho para la vida social. La política con relación a la ética, es la ciencia madre, la ciencia suprema, la ciencia soberana".

Legitimidad del poder.

Aristóteles invierte las posiciones: retira al hombre del poder para dárselo a la ley, porque según él lo que es general es superior a lo particular. La ley es imparcial y se dirige a las acciones humanas en particular. La ciudad fija las condiciones en sus leyes y hay magistrados que cuidan de su cumplimiento.

La legitimidad para Aristóteles, está dada por la razón y la justicia, el mejor gobierno es el de las leyes, el gobierno de la razón, sobretodo porque su filosofía se basaba en la concepción de la lógica como medio para adquirir el conocimiento. El que gobierna debe ser un ser racional. Por otra parte, como un medio para evitar que se aplasten derechos esenciales de los ciudadanos, de su libro I, podemos extraer: "... ya desde el nacimiento unos seres están destinados a ser regidos y otros a regir", por esto la importancia de la ley como instrumento racional de gobierno.

La ciudad fija las condiciones de vida en sus leyes y hay magistrados que cuidan de su cumplimiento. Para Aristóteles, el poder no expresa la voluntad del gobernante, debido a la presencia de estas leyes.

Otro punto importante (al igual que su maestro) es el que concierne a la educación. Para Aristóteles posee la misma importancia que la que le da Platón. Define lo que hay que hacer desde el nacimiento; establece los ejercicios a que debe ser sometido el niño hasta la edad de siete años, luego hasta la edad de la razón y hasta más tarde todavía. Le da gran importancia a la formación intelectual y artística, principalmente por la música.

Las formas de gobierno.

Aristóteles estima aceptables distintos sistemas políticos. Cree que el mejor gobierno no es necesariamente el mismo para todos los tiempos y para todos los países.

Desde un principio establece que el ejercicio del gobierno de la ciudad puede recae, sobre un individuo, sobre un pequeño número o sobre una muchedumbre (criterio cuantitativo). A su vez, se puede analizar según se considere si los mismos gobiernan de acuerdo al interés general –o de acuerdo a las leyes dirá algunas veces-, o si lo que predomina es el interés propio (criterio cualitativo).

Así, establece que si el fin del gobierno es el interés general, la forma de gobierno será auténtica; cuando es el interés particular de los gobernantes, la forma de gobierno estará alterada. (Esto es lo que denomina Aristóteles como formas puras e impuras de gobierno).

Formas puras e impuras de gobierno.

Según establece Aristóteles, en su Libro VI, capítulo II:

En primer lugar, el gobierno de uno solo en beneficio de todos, realeza o monarquía, cuya desviación constituye la tiranía.

En segundo lugar, el gobierno de un número reducido, de los mejores, aristocracia, cuya desviación es la oligarquía..

En tercer lugar, el gobierno de un gran número en interés general, que denomina democracia, (aunque el término que describiremos es el actual y difiere del que utilizaba el filósofo) cuya desviación es la demagogia.

Las monarquías.

La monarquía absoluta: concede todo el poder al rey, dueño de la cosa pública, como lo es, por otra parte, del cuerpo de la Nación o del pueblo.

Ese orden de realeza se parece a la autoridad del padre que, a su vez, constituye una especie de realeza ejercida sobre la familia.

La monarquía heroica: es la de los tiempos y de los pueblos guerreros. Consiste, por una parte, en un generalato perpetuamente hereditario, en un linaje que ejerce el mando supremo de la guerra, y por otra parte, en un pontificado, cuando el ministerio de los sacerdotes no es indispensable. El poder se lo otorga el pueblo en reconocimiento por haber fundado la ciudad, por haberlos guiado en el proceso.

La realeza casi tiránica: Donde el poder arbitrario ya es considerable, pero sin embargo, descansa sobre la base de las leyes y de la herencia. El casi tirano confía su seguridad (aún) a sus ciudadanos.

La tiranía: El tirano gobierna en su solo interés, y sin tener para nada en cuenta los intereses de las personas que valen tanto o más que él. Al igual que su antecesor, en lo que refiere a la brutalidad de dicho sistema, no puede ser jamás incluido dentro de las formas deseables de gobierno.

"...tiranía propiamente dicha, es la profunda corrupción de la monarquía: es el despotismo de uno solo, que manda sin responsabilidad a los hombres mejores que él y que reina, no en provecho del pueblo, sino en el suyo propio. No hay hombre virtuoso que no se revuelva contra este gobierno violento." (Aristóteles, Libro VI, cap.9, op.cit., p.187)

La aristocracia.

Aristóteles, al igual que Platón, establece un modelo ideal de gobierno al que denomina politeia, cuya acepción actual puede asemejarse a república. Al igual que Platón establece que el gobierno debe estar en un grupo reducido de personas, ya no de sabios o filósofos, sino de ciudadanos filósofos, dotados de los bienes necesarios para la vida y tan bien dispuestos para las cosas del espíritu como para las de gobierno. Como vimos anteriormente, la educación juega un papel fundamental, en la búsqueda de un ser racional que pueda gobernar con justicia.

Los ciudadanos acomodados son los únicos que están en condiciones de regir bien la ciudad. Excluye de la dirección a los obreros, a los labradores, a los artesanos y a los comerciantes, debido a que estos no poseen la razón ni la educación para llegar a la verdad.

La oligarquía.

Es el gobierno de varios, que por lo general nunca deja de ser una minoría con relación a la población de la ciudad.

La clasificación de las mismas puede hacerse en función exclusiva del número:

  1. La primera forma es la politiranía o dinastía, que es una oligarquía muy poco numerosa que concentra el poder y la riqueza en pocas manos. Las oligarquías que gobiernan hereditariamente son algo así como un tirano colegiado, de ahí la expresión politiranía.
  2. La segunda forma está basada en la heredabilidad del gobierno, que pasa de padres a hijos. Sigue habiendo concentración de poder en pocas manos, al mismo tiempo que las riquezas que le dan seguridad siguen siendo grandes y sus funciones son personalmente ocupadas por los miembros de la minoría. Difiere de la anterior, en que la ley interviene para regular funciones.
  3. La tercera forma es la que pasa de la herencia a la cooptación, donde el cuerpo de magistrados tiene el derecho de reclutarse a si mismo. Los oligarcas no tienen poder suficiente para reinar sin ley; pero los ricos tienen la fuerza necesaria para obligar a la adopción de leyes que les convenga.

La democracia

Para Aristóteles, el hecho de que gobierne la mayoría o la minoría no es razón suficiente para calificar a un gobierno (es decir, teniendo en cuenta un criterio cuantitativo); lo que distingue a la democracia de la oligarquía es la pobreza o la riqueza. El problema que se presenta al hablar de la democracia "aristotélica" es que dicho concepto no se asemeja al actual utilizado por nosotros; por eso, para él, es importante el criterio cuantitativo y cualitativo. En La política, "...Debe distinguirse en todo estado la cantidad y la cualidad de los ciudadanos. Llamo cualidad a la libertad, la riqueza, la ciencia, la nobleza; y cantidad, a la preponderancia del número." (Aristóteles, op.cit., libro VI, cap.XI, p.190.)

En una cultura donde el poder este en manos de los ricos, incluso si son mayoría, habrá oligarquía; allí donde el poder lo tengan los pobres, aún cuando estén en minoría, habrá democracia. (esto lo establece también en el libro que citamos en el párrafo anterior.)

Aristóteles distingue diversos grados de democracias:

  1. Las funciones públicas están ligadas a un censo muy modesto, el cual no está en contradicción con la naturaleza democrática del gobierno. Los empleos son en gran medida accesibles.
  2. En este tipo de democracia, la más completa, no se exige ninguna condición de censo para ser elector, pero sí se requiere una pequeña fortuna para ser elegible.
  3. No se requiere ningún censo, ya que las funciones son gratuitas. Aunque en la práctica son solo accesibles aquellos que disfrutan de cierto bienestar; es decir, que solo "en teoría" dichas funciones son gratuitas.
  4. El cuarto tipo es uno de los más criticados por el pensador, ya que las funciones públicas están remuneradas, lo que provoca que los pobres las busquen como un medio de vida. Esto deriva en una multitud que se "apodera" del gobierno. En consecuencia el pueblo se convierte en monarca y pretende comportarse como tal, pero surgen conflictos, debido a que el poder reside en demasiadas personas.

Aristóteles, nos explica: "...es cierto que son esenciales a toda democracia la libertad y la igualdad, cuanto más completa sea esta igualdad de derechos políticos más existirá la democracia en toda su pureza..."

La demagogia.

Reemplaza las disposiciones generales, impersonales y objetivas, valederas para todos, por las decisiones individuales y subjetivas. Los demagogos dan a entender que dejan la decisión al pueblo, pero en realidad, cuando logran su confianza, estos terminan gobernando, ocultándose tras la voluntad popular. Como el pueblo decide, se llega a una confusión de poderes.

En un inicio, la democracia es un régimen popular regulado por las leyes, considerando el bien común; contrariamente, la demagogia (que es su desviación) aniquila este último.

Las transformaciones del poder.

Al igual que su maestro, Aristóteles analiza las causas de transformación de los gobiernos. Sin ningún lugar a dudas, la decadencia de las formas políticas es un punto importante en la historia de estos dos filósofos.

Analiza como se extinguen, y los medios existente para prolongar su vida.

Las causas de destrucción son múltiples:

Una de las principales puede atribuirse al exceso de igualdad o desigualdad. Y este punto lo analiza partiendo de la premisa básica de que todos los ciudadanos, son en parte iguales y desiguales. El error de la democracia consistirá en la tendencia a la igualdad absoluta; el error de la oligarquía es hacer de la desigualdad un principio general. Asimismo, los demagogos, querrán conseguir el reparto de bienes a través de la rebelión hacia los ricos, que amenazados en sus posiciones, conspirarán constantemente, poniendo fin a la democracia. En cuanto a la oligarquía, oprimirá a las clases inferiores, induciendo de esa manera a la masa del pueblo a buscar un jefe que derribará a los oligarcas.

Muchas veces la salvación, será respetar la igualdad de los hombres y mantener un equilibrio necesario.

"...sin embargo, el más perfecto régimen sería uno que armonizase las tres formas rectas de gobierno (...) así sugiere un régimen mixto que sea democrático en las instituciones inferiores, aristocrático en la minoría directora, monárquico en el poder supremo." (Gambra, Rafael, Historia sencilla de la filosofía, pp.83,84).

Las causas personales o particulares, constituyen otras a ser consideradas, éstas son los comportamientos individuales y los abusos de poder por parte de los gobernantes. Sus consecuencias psicológicas son temibles; principalmente el miedo. El miedo actúa sobre los gobernantes, los agentes y sobre los gobernados. Los primeros al sentirse amenazados recurrirán a la violencia para mantenerse en el poder; los segundos recurren a la fuerza ante el temor de ser castigados y perder sus empleos; los terceros, al correr continuamente el riesgo de ser maltratados, diezmados o deportados, recurren a la revolución.

También establece un ciclo probable que, partiendo de la monarquía, pasa a la aristocracia o a la República, desemboca en la tiranía y después en la oligarquía y la demagogia, volviendo finalmente a la República.

Como filósofo del justo medio se esfuerza siempre en impedir el exceso de un principio, recurriendo al opuesto. El tirano dejará de serlo, si se concentra en la piedad, la decencia y el bien común; convertido en monarca respetable, su reinado quedará purificado, y también consolidado, como lo expresaba su maestro Platón.

Los oligarcas deberán no mostrarse despreciativos con el pueblo, y además darles al menos, cierta participación. Finalmente, la democracia, deberá complementarse con las leyes aristocráticas para volver al ideal que plantea de República.

Conclusión de su concepción de formas de gobierno.

Es necesario rescatar, como establece Prélot, Marcel, en el libro ya citado, que "Aristóteles no defiende un tipo único de necesaria adopción. Racionalmente, el derecho de gobernar pertenece, según él, a todos los ciudadanos virtuosos (sólo los habitantes libres rescatamos nosotros), es decir, a aquéllos que reúnen el bienestar y la cultura. (...) Análogamente, Aristóteles, que es presentado frecuentemente como un adversario de la democracia, considera que el número tiene sus derechos: que la muchedumbre ostenta, por el solo hecho de su existencia, títulos positivos para hacerse oír. (...) Descarta toda idea de hegemonía adquirida por las armas. (...) Aristóteles quiere que la ciudad pueda defenderse, pero ésta está concebida sobre todo para la paz y no parar la guerra."

Conclusión.

Consideramos que la premisa fundamental de la investigación de las ideas políticas de Platón y Aristóteles, ha sido elaborada a lo largo de la presente.

Sin lugar a dudas, la conceptualización de las concepciones políticas, en gran medida han merecido un resumen y/ o explicación grupal para captar la esencia del significado de determinadas concepciones; no es necesario destacar, que los dos libros base utilizados (La República y La Política) nos brindan todos los pensamientos acabados de dichos filósofos en algunos momentos de manera demasiado extensa, por lo que, como referimos al principio, hubiese sido necesaria otra tipo de presentación para recoger las citas correspondientes a las descripciones, críticas, y otras definiciones de las formas de gobierno platónicas y aristotélicas.

Lo que sí vale la pena destacar, es que hemos rescatado algunas citas a medida que fuimos escribiendo determinados conceptos, para no basarnos solamente en las explicaciones de determinados escritores contemporáneos de filosofía e historia. Aunque nos queda cierto sinsabor, debido a que nuestra intención principal era la de expresar textualmente las definiciones de los filósofos que analizamos para que no quedara duda de que nos remitimos a las fuentes directas que poseemos de dichos autores.

Entre la similitudes que podemos extraer entre ambos filósofos, figura el hecho de que ambos consideraban que la democracia era una forma pura de gobierno, aunque no la excluyente de las que preferían. Asimismo, la influencia de la democracia ateniense en la que vivían, les sirvió de inspiración para determinar aceptando como una realidad, que el poder siempre debe recaer en manos sabias o de gente especializada, ya sea en la sabiduría filosófica (que plantea Platón) o de la sabiduría racional que pondera Aristóteles. Aunque la crítica que realizan a la democracia, principalmente se debe a una necesidad de diferenciarse de las raíces sofísticas que predominan por doquier, y cuyos exponentes utilizan arbitrariamente para ganar la voluntad del pueblo.

La monarquía en manos de un guerrero o "héroe", es otro punto en común que comparten, y en general la atribuyen a los principios fundación de la ciudad, en cuyo momento siempre había un líder que guiaba y sacaba adelante una nación en crisis.

Es necesario destacar, que ambos filósofos establecieron un modelo ideal de gobierno que no representa en espíritu marcadas diferencias; la fundamental, que Platón establece una sofocracia o sistema de filósofos- reyes que deben ser educados desde chicos con miras a la vida política y a una educación especializada. Aristóteles brinda la misma visión sobre la educación, pero destacando que no deben ser filósofos- reyes (ya sea reyes tiranos devenidos sabios o sabios devenidos reyes) y argumenta que el poder debe estar en manos de ciudadanos- filósofos, que como dijimos anteriormente, no representa, en esencia grandes diferencias. Por otra parte, la importancia que Aristóteles le confiere a la ley, y sobretodo a la ley racional, difiere en parte de lo que plantea su maestro, sobretodo si consideramos que es el creador de la lógica tal cual la concebimos hoy en día; y que en oposición a las ideas de su maestro difiere del uso de la interrogación continua como único método para obtener la verdad. Aunque en esto también hayamos una similitud, si consideramos que la lógica aristotélica no deja de ser una dialéctica un poco más elaborada de la que plantea Platón.

La importancia que ambos le confieren también a la retórica, si bien la critican en una sociedad democrática que la utiliza constantemente, es un punto en común. Sin lugar a dudas las nociones de ambos se parecen, y no hay que olvidar que el segundo es discípulo del primero.

Entre otra de las similitudes que podemos extraer es que ambos consideran la política como una ciencia fundamental, aunque con la salvedad que nombramos en el párrafo anterior, en lo que refiere a que uno está influenciado por su método científico. Asimismo, y en contraposición a lo planteado al principio de dicha conclusión, ambos establecen que siempre el poder debe estar en manos de unos pocos, y que es preferible a la democracia. Ambos están muy influenciados por el modelo espartano del cual eran ciudadanos "de corazón".

A su vez, no cabe la menor duda, de que Platón se encuentra fuertemente influenciado (como ya lo expresamos en otro momento) por los cambios que ha sufrido la organización política ateniense (y de otras polis típicas) que ha mutado constantemente a lo largo de los años, debiendo padecer diferentes tipos de gobierno; esto le brinda gran experiencia al observar diferentes formas de gobierno que ha habido, pero carece del poder de investigación que sí posee su discípulo, el cual realizó una gran recolección de diferentes constituciones para elaborar sus concepciones políticas.

Ambos establecen un ciclo común de decadencia: es indudable que en el algún momento sobreviene la crisis que termina con una forma de gobierno dando lugar a otra, destacando también que siempre el ideal debe volver a los modelos que ellos plantean.

Entre una de sus diferencias fundamentales, está la de la concepción de la tiranía. Sin dudas, Platón se encuentra fuertemente influenciado por sus experiencias en Siracusa, por lo que él cree que el tirano puede ser reconvertido dando nacimiento a su gobierno ideal, lo cual constituye una diferencia con su discípulo, que no encuentra ninguna cualidad a este tipo de gobierno. Es decir, que no encuentra ninguna posibilidad de salvación para el tirano, que a la larga ineludiblemente caerá.

A su vez, Platón es mucho más idealista en todo momento, y su filosofía poética se destaca más que la del discípulo; con solo hacer un recorrido a través de sus obras encontramos su predilección a contarnos todo lo que piensas a través de mitos o imágenes.

Como bien dice Marcel Prélot, aunque de manera exagerada (en la obra ya citada), "Platón simboliza lo ideal y Aristóteles encarna lo real; Platón representa la filosofía y Aristóteles la ciencia."

Asimismo, aunque opinaban parecido en lo que refería a las criticas a la democracia, Aristóteles fue más cauto con otras formas de gobierno estableciendo la noción de que todas son aceptables (aunque el prefiriera su modelo ideal) ya que debía analizarse el momento en que se desarrollaban los hechos; sin dudas, los estudios que realizó de distintas constituciones de diversos pueblos, lo llevó a darse cuenta de esta realidad. Aunque muchas veces, se le critica el hecho de haber querido legitimar su ideal de nación con la inteligencia de los virtuosos, solo consiguiendo hacer de su proyecto una aristocracia en la cual el derecho es siempre voluntad del más fuerte.

Sin ningún lugar a dudas, los conflictos que ambos filósofos encontraban en cada una de sus concepciones políticas sirvieron de base a futuras generaciones para el desarrollo de ideas más elaboradas.

Como una concepción final, solo nos resta decir, que la herencia que estos dos filósofos han dejado a la humanidad han sido muy importantes. Nosotros solamente tomamos un pequeño peldaño de esa gran obra elaborada por ellos denominada con el nombre de política. Quién niegue la herencia dejada, no es más que un necio, sobretodo si consideramos que hoy día, casi todas las civilizaciones occidentales han debido convivir con las diferentes formas de gobierno que plantean éstos, desde la época misma de la decadencia griega hasta llegar a nuestros días. Quién niegue también la importancia que debiera tener la educación y las leyes, no sólo estaría negando el legado platónico y aristótelico, sino que además negaría la esencia de una realidad universal que, aunque no se cumpla en muchos gobiernos actuales, continúa siendo uno de los pilares fundamentales (al menos de los sistemas democráticos) de cualquier organización política y social que se considere, utilizando un término muy utilizado por los habitantes de la antigüedad, civilizada.

Agustin Olivero